Las esculturas de pared exhiben tres láminas de metal encontradas en una zona industrial debajo de la tierra. La tierra húmeda que las cubría dejó marcas de óxido que asemejan paisajes. Las marcas son huellas que reflejan el paso del tiempo y el efecto que puede tener la naturaleza sobre un material industrial. Cada lámina se exhibe sobre un soporte hecho con la tierra de donde fue desenterrada, la misma tierra responsable de dejar su huella.

Las figuras y dibujos de esta serie están hechos con lápiz y semillas de pasto incrustadas, una a una, en tela teñida con tierra o lino. Me interesa que la gente no reconozca a primera instancia los materiales, tan simples y orgánicos. Es un proceso largo y meditativo. Para mí estas piezas son como mapas de travesías. Los dibujos que voy creando referencian los caminos del ganado vistos desde arriba. Y las figuras a los rebaños.​